Esta es una de las primeras obras que hago con la técnica de pintura que descubro allá por 2021, mediante ella desplazo la pintura de su soporte tradicional, usándola como una piel que se autosoporta. En ese entonces estaba en medio de un tratamiento por un cáncer de mama y veo lo similar de las costras en mi piel con estas costras de pintura acrílica y de esta manera empieza un trabajo en el que el material mismo se convierte en testimonio de estas experiencias. Esta pieza la veo como un vestigio arqueológico de emociones: fragmentos de una narrativa que, aunque personal, se entrelaza con historias compartidas sobre lo femenino, la intimidad y la resiliencia.
 
Firmada y enmarcada, medidas totales 43 cm x 45 cm, con un marco barroco color negro y vidrio.